10 años después.
Un visitante más en aquella antigua ciudad, paseaba entre la multitud sin que nadie notara su presencia. Se movía tan rapido como quería, pero tomando la precaución de hacer el menor ruido posible.
No recordaba mucho de aquel lugar, solamente que había estado allí 10 años antes, con otra persona. Eso era lo que buscaba, precisamente... aunque ya no se acordaba dónde vivía, la imagen de ese rostro seguía grabada a fuego en su mente. Esa era la razón por la cual él estaba allí. Tenía que encontrarlo.
De repente, se sintió mareado y cerró los ojos mientras se apoyaba en un árbol. No era la primera vez que le ocurría, pero él esperaba esos momentos, principamente porque en ese estado tenía sueños premonitorios. La gente a su alrededor lo miraba como si notaran algo raro.
A pesar de ser una ciudad relativamente grande, sus habitantes se conocían lo suficiente como para saber que ese hombre que estaba apoyado en el árbol era extranjero. Y justamente por eso lo miraban con recelo. La última vez que un extranjero visitó el pueblo, ocurrieron cosas inexplicables.
Luego de unos veinte minutos, volvió en sí, y empezó a caminar decididamente por una calle secundaria. Caminó unos doscientos metros, y se detuvo ante una casa. Sin dudar ni un segundo, golpeó la puerta.
Nadie atendió.
Dos personas venían caminando por la calle detrás de él. Cuando pasaron a su lado, notó temor en sus caras. No supo realmente por qué, pero percibió algo en el ambiente que lo puso en alerta.
La puerta de la casa se abrió con un crujido, y de adentro salió una voz temblorosa.
No recordaba mucho de aquel lugar, solamente que había estado allí 10 años antes, con otra persona. Eso era lo que buscaba, precisamente... aunque ya no se acordaba dónde vivía, la imagen de ese rostro seguía grabada a fuego en su mente. Esa era la razón por la cual él estaba allí. Tenía que encontrarlo.
De repente, se sintió mareado y cerró los ojos mientras se apoyaba en un árbol. No era la primera vez que le ocurría, pero él esperaba esos momentos, principamente porque en ese estado tenía sueños premonitorios. La gente a su alrededor lo miraba como si notaran algo raro.
A pesar de ser una ciudad relativamente grande, sus habitantes se conocían lo suficiente como para saber que ese hombre que estaba apoyado en el árbol era extranjero. Y justamente por eso lo miraban con recelo. La última vez que un extranjero visitó el pueblo, ocurrieron cosas inexplicables.
Luego de unos veinte minutos, volvió en sí, y empezó a caminar decididamente por una calle secundaria. Caminó unos doscientos metros, y se detuvo ante una casa. Sin dudar ni un segundo, golpeó la puerta.
Nadie atendió.
Dos personas venían caminando por la calle detrás de él. Cuando pasaron a su lado, notó temor en sus caras. No supo realmente por qué, pero percibió algo en el ambiente que lo puso en alerta.
La puerta de la casa se abrió con un crujido, y de adentro salió una voz temblorosa.
No puede ser...En su cara se dibujó una sonrisa, casi sarcástica. Recordando todo lo que tuvo que pasar en esos diez años, toda su lucha, le dijo al fin:
Maestro, he vuelto.
Etiquetas: Ficcion
1 Comentarios
muy bueno :P jeje me gusto pero dale un final :P me quedo con intriga